sábado, 12 de febrero de 2011

¿Insumisión o delincuencia?



No nos confundamos: el propietario del Asador de Marbella al que la Junta de Andalucía, a través de la Policía Judicial, le ha cerrado el local, no es adalid de ninguna libertad, no es representante de ningún colectivo de hosteleros, no simboliza ningún tipo de lucha hombre-Estado.

Ese señor es solo alguien que se niega a cumplir una ley, en este caso la Ley Antitabaco, amenazando con despedir a todos sus trabajadores en base a unas supuestas pérdidas que, según todas las estadísticas y estudios efectuados hasta la fecha, no demuestran ninguna relación entre el descenso de ingresos (que ha sido nulo) y el mes y poco que lleva instaurada la Ley.

Este señor, que ahora incumple la Ley Antitabaco, puede mañana amenazar con incumplir alguna ley de tráfico o las leyes de higiene para hostelería, por poner un ejemplo. Puede incluso incumplir la ley que obliga a tener una licencia de armas y liarse a tiros con el personal no fumador (más del 65%, no lo olvidemos).

Pero seamos serios. Este señor, auspiciado, aupado y jaleado por medios de comunicación afines a los neocons y los radicales de la ultraderecha, pretende culpar al PSOE de unas pérdidas que no tiene ni enseña ni ha contabilizado; pretende culpar al PSOE (al que tacha de dictatorial, marxista y terrorista) de una Ley Antitabaco que aprobaron buena parte de los grupos políticos de España, el PP incluido. Demuestra este señor con ello una clara y evidente confusión, fruto de la lectura continuada de periódicos derechistas y el visionado de programas de dudosa calidad como los que colman la parrilla de televisiones (?) como Libertad Digital o Intereconomía, medios de comunicación encargados de repartir el odio y la crispación por toda nuestra geografía.

¿Y qué dice el PP de todo esto? El PP, obviamente, que repito que aprobó la Ley Antitabaco, se ha puesto del lado del insumiso de Marbella, haciendo creer ahora que no votó la Ley, que se abstuvo (una posición común en este partido, que es la posición del «no sabe, no contesta»).

Es algo que últimamente lleva a cabo demasiadas veces el partido de Mariano Rajoy. Tal vez sea que no entiende la letra de lo que escribe, tal y como reconoció hace poco en una entrevista.



No obstante, como todos sabemos, si Rajoy gobierna en 2012, ni derogará la Ley Antitabaco, ni derogará la Ley del Aborto, ni derogará la Ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. No lo hará. No lo hará porque son leyes que amplían derechos y libertades y que, de ser retiradas, crearían un vacío legal muy complicado de sobrellevar. No lo hará, y calla ante quienes piensan que sí coartará esos derechos, para seguir alimentando todas esas tertulias políticas (?) de los medios antes referidos. Es decir, deja patente la duda, ese continuo quiero y no puedo, ese perpetua estrategia (cansina, por otra parte) de estar siempre en la abstención para no tomar parte y mantenerse al margen de la realidad.

Lo que sí sabemos, con total certeza, es que si D. Mariano Rajoy Brey gana por mayoría absoluta, no hay duda de que volveríamos a un estado crítico (quizá parecido a lo dictatorial y autoritario, como decía el señor del Asador de Marbella), semejante al que vivíamos cuando el Presidente Aznar ponía los pies encima de las mesas de la Casa Blanca y mandaba soldaditos españoles a morir por causas ilegales y ajenas a nuestro país.

No nos sorprendemos. Son las formas del PP. Aquí en Novelda, en mi querida ciudad natal, vuelve a ser alcaldable por el PP la misma señora que, al obtener la alcaldía, preguntó qué se cobraba y, pareciéndole poco, se lo dobló. Ni corta ni perezosa. La misma persona que el Tribunal Constitucional condenó por tres veces cuando, siendo Presidenta de les Corts Valencianes, negaba el uso de la palabra y el derecho a réplica o a preguntar de las otras formaciones políticas. Negaba, esto es, el uso de la democracia. La misma señora que, de su etapa como Consellera de Turisme, hereda una implicación en el caso Gürtel por recibir lujosos regalos de las mismas personas que luego recibían contratos multimillonarios, las mismas personas que presuntamente financiaban el PP de la Comunitat Valenciana. La misma señora que, en las ferias de turismo de FITUR o Valencia, pasaba de largo por delante de nuestro stand, como despistada o distraída. Quizá no entendía tampoco las letras que decían «Novelda».

Esa señora.

La misma señora que se presenta ahora en Novelda como libertadora y portadora de sueños. Por fortuna, tenemos memoria histórica, a pesar de que el PP también nos la quiera robar...

Volviendo al inicio del artículo, el propietario del Asador de Marbella que se ha declarado insumiso ante una Ley Antitabaco aprobada democráticamente por la mayoría de los grupos políticos de nuestro país, no representa a nadie; puede incluso que no se represente ni siquiera a sí mismo. Con total probabilidad está muy mal aconsejado por personas de la derecha. Y es que la multa que le han impuesto de 145.000 euros la va a pagar sí o sí, gobierne quien gobierne, le guste o no le guste, le pese a quien le pese.

Por fortuna, individuos como este señor no reflejan ni son portavoces de la inmensa mayoría de profesionales del sector de la hostelería que cumplen y hacen cumplir las Leyes. Como Concejal de Turismo he podido conocer a muchos de esos profesionales, pequeños empresarios o autónomos, que respetan la Ley. Desde la Concejalía, tras una etapa en la que el PP de Novelda daba la espalda a esta importantísima industria, hemos llevado a cabo distintas iniciativas para favorecer a este colectivo fundamental en nuestro abanico económico: Jornadas Gastronómicas, Ruta del Tapeo, etc. Todos las conocen.


He hablado con algunos de esos profesionales, he acudido a muchos y muy distintos bares de mi ciudad, y en todos he podido comprobar que la Ley se cumple a rajatabla, que los bares siguen llenos de gente pero libres de humo y que los «iluminados» (como el señor del Asador) que se niegan a cumplir las leyes no son más que delincuentes confesos. Y los medios de comunicación que les dan alas y voz a esos personajes que se autodenominan insumisos no son más que cómplices de esa manera antidemocrática de pasarse las leyes por el forro.

Y es que en democracia (a veces no viene mal recordarlo) las Leyes están para cumplirlas, aunque no nos gusten. Sobre todo cuando, como la Ley Antitabaco, han sido aprobadas con el consenso general de todos los grupos políticos.

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