jueves, 15 de diciembre de 2011

Come, reza, ama

Realicé el viaje inverso. Una paradoja, tratándose de un libro de viajes... Primero descubrí la película (por casualidad, porque alguien me la recomendó, creo, pero ahora no lo recuerdo): una joyita visual y narrativa que recorre tres países (Italia, India e Indonesia) a través de los ojos de su protagonista, con esos paisajes eternos y voluptuosos que nos emocionan los sentidos a través de dos continentes. Una belleza constante y continua. Aquí les dejo el avance.





Julia Roberts es la encargada de acompañarnos por esos países. La actriz, trasunto de Elizabeth Gilbert, autora del libro, nos encandila desde el primer minuto. Desde que rompe su matrimonio en Nueva York hasta que conoce a Javier Bardem en Bali, la seguimos a cada paso, la esperamos mientras medita, nos reímos con ella, sufrimos por ella. Pero quería más.

Así que leí el libro. Otra joya. El viaje al revés, que les decía: en vez de ver la película tras leer el libro, al contrario. Corriendo el riesgo de leer la novela a través de los ojos y con la voz de los protagonistas del cine, de saberme la música de cada escena, los gestos que acompañan cada palabra. En este caso no ocurre así (al menos no tanto), ya que Julia Roberts es Elizabeth Gilbert, y viceversa podríamos añadir; ella es la que mejor podría haberla interpretrado y, una vez que vemos a la autora, nos damos cuenta de que esa actriz es la que mejor podía plasmarla en la pantalla.

Para quien no conozca el libro (o la película), el argumento nos sitúa ante los hechos reales que le ocurrieron a la escritora: después de un matrimonio fallido, sumida en un divorcio que la deja moralmente por los suelos y casi en quiebra, decide levantarse por sí misma viajando (tras vender los derechos de la novela que escribiría sobre ello) durante un año alrededor del mundo, intentando recomponerse el alma. Empieza en Italia, con una estancia puramente gastronómica, casi de preparación para lo que vendría; luego pasa a la India, viviendo en un ashram y aprendiendo las técnicas de la meditación; y por último, siguiendo la estela de un curandero balinés, llega a Indonesia con la intención de equilibrar placer y devoción, goce interior y exterior.

El libro está plagado de hermosas frases y el visionado previo de la película ayuda a la recreación de los lugares, sobre todo si no se ha tenido la suerte de visitarlos. Más que ante un libro de viaje, nos encontramos frente a un diario, el alma sobre el papel de la autora y una invitación velada a que, en la medida de lo posible, sigamos sus pasos; esto es, aprendamos a equilibrar nuestro interior para así tener una mejor vida.

Ya extracté algunas de la frases de Come, reza, ama en mi perfil de Facebook. Aquí tienen un fragmento:
Tengo muy presente lo que me ha enseñado mi gurú sobre la felicidad. Ella dice que la felicidad es un golpe de suerte, casi como el buen tiempo, que parece más una bendición que otra cosa. Pero la felicidad, de hecho, no funciona así. La felicidad es consecuencia de un esfuerzo personal. Luchas para conseguirla, te la trabajas, insistes en encontrarla y hasta viajas por el mundo buscándola. Participas incansablemente en la manifestación de tus propios dones. Pero, cuando alcanzas la felicidad, tienes que luchar a brazo partido para mantenerla, procurando nadar siempre a favor de la corriente en el río de tu felicidad, para mantenerte a flote. Si no lo haces, perderás tu alegría innata. [...] Por tanto, no buscamos la felicidad solo por nuestro propio bien y para poder seguir vivos, sino que es un generoso regalo que hacemos al mundo. Si te limpias por dentro para librarte del sufrimiento, es como si te quitaras de en medio. Dejas de ser un obstáculo, no solo para ti mismo, sino para todos los demás. Solo entonces estarás libre para poder servir a otros y disfrutar de ellos.
Les recomiendo encarecidamente el libro. Y la película. Se complementan. Nos ayudan. Nos invitan a cambiar.


Y para terminar les dejo la conferencia que la autora del libro, Elizabeth Gilbert, impartió para la organización TED (Tecnología, Entretenimiento, Diseño) en 2009, en la que habla sobre el proceso creativo a cualquier nivel y en cualquier ámbito, aunque, claro está, centrándose en la escritura.

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