Tintín y el Secreto del Unicornio vendrá a poner de manifiesto -de nuevo- que la falta total de ideas originales se ha adueñado de Hollywood por completo, aunque sin olvidar (algo que tienen muy patente los productores) que el éxito de un cómic es la clave para llenar las salas. Y la serie de Tintín, con más de 200 millones de libros vendidos y traducida a más de 60 idiomas, tiene tirón, sin duda, tirón que se trasladará seguramente a las salas, volviendo a hacer realidad esa máxima conocida de que «todo lo que toca Spielberg lo convierte en oro».
No hay que olvidar que existe toda una generación de jóvenes que heredaron las historias de Tintín de sus hermanos mayores o de sus padres (yo incluido) que iremos a ver la película de Tintín. Por supuesto. Pero ¿será lo mismo? Creo que en este caso, diferente al de cualquier superhéroe «normal y corriente», el fiasco puede ser mayor, pues la estética del cómic original (viendo el tráiler) se ha perdido por completo. Sin embargo, tampoco hay que olvidar que el propio dibujante, Georges Prosper Remi (más conocido por su seudónimo artístico, Hergé), entabló conversaciones con Spielberg en 1982, un año antes de morir, y el entusiasmo fue mutuo: Hergé por el director norteamericano y este hacia el dibujante belga, cuya creación fue la inspiración para el nacimiento del personaje de Indiana Jones.
Pero no adelantemos acontecimientos.
Hagamos, sin embargo, un repaso, si no a todas, sí al menos a las más representativas versiones cinematográficas de los héroes clásicos y modernos del cómic.
Superman se publicó por primera vez en junio de 1938. Pocos años después ya habían aparecido un par de series animadas, seriales para cine o radio, además de que en un corto espacio de tiempo, Superman se había convertido en un elemento primordial de la cultura popular de Estados Unidos. Así, la primera versión cinematográfica llegó en 1952, de tan solo una hora de duración, que en realidad se trataba del capítulo piloto para una serie (Aventuras de Superman) protagonizada por George Reeves en el papel principal, serie que estaba patrocinada por la marca de cereales Kellogg’s y que presentaba unos efectos visuales muy avanzados para la época. La serie duró seis temporadas (las dos primeras en blanco y negro, y las cuatro siguientes en color), hasta 1958. Un año después, el actor acercaba una pistola a su cabeza y apretaba el gatillo.
Todos esos niños nacidos en los ochenta (yo incluido, de nuevo) crecimos bajo la estela del Hombre de Acero, con trajes en miniatura que vestíamos en Carnaval y esa respuesta que dábamos cuando nos preguntaban qué queríamos ser de mayores. Estaba claro: «Superman».
Hasta que descubrimos, gracias al cine, que había otros superhéroes aún mejores, personajes que no venían de otros planetas para salvar el nuestro sino que querían salvar el mundo para salvarse ellos mismos.
El guión de esta primera gran producción de cine sobre Superman corrió a cargo de Mario Puzo (autor de la novela El Padrino y de los guiones de la trilogía para cine que rodó Francis Ford Coppola) y la música, reconocidísima, fue firmada por el compositor John Williams.
Dos años después, en 1980, aprovechando el tirón, llegaría Superman II, con los mismos protagonistas, dirigidos esta vez por Richard Lester (quien también firmaría la tercera entrega o Help!, la película que protagonizarían The Beatles) y con guión también de Mario Puzo, quien ya no participó en la tercera.
En 1983 se produjo la clásica caída de las terceras partes y Superman III fue todo un fracaso, lo que provocó que una supuesta cuarta entrega tardara más tiempo en planearse. El propio Christopher Reeve impulsó su rodaje, y en 1987 se estrenó Superman IV: la búsqueda por la paz. Luego vino lo que todos ya saben: su accidente de caballo en 1995, su tetraplejía y, finalmente, en 2004, su muerte.
Tras muchos intentos de sacar a la luz de nuevo la historia del superhéroe de Krypton creada en 1938 por Jerry Siegel y Joe Shuster, parecía que la gran pantalla se resistía. Sí existieron algunas versiones para televisión, como la de Lois y Clark (cuatro temporadas, entre 1993 y 1997) o Smallville (que, tras diez temporadas, finalizó en mayo de 2011). Pero no fue hasta 2006 cuando se estrenó Superman Returns, dirigida, coproducida y con guión de Bryan Singer (director de las dos primeras partes de X-Men), con Brandon Routh en el papel principal, Kate Bosworth como Lois Lane y Kevin Spacey como Lex Luthor. Además aparecía el actor Marlon Brando (fallecido en 2004), mediante imágenes de archivo.
Brandon Routh caracterizado como Superman |
La historia de Superman Returns continuaba a la clásica Superman II, con lo que se obviaban (afortunadamente) las historias de Superman III y IV. Actualmente, en agosto de 2011, se está rodando la que será la última versión cinematográfica del superhéroe: Superman: el hombre de acero (con idea de estrenarse antes del verano de 2013) con Henry Cavill como actor protagonista y Amy Adams como Lois, película que lleva la firma de los creadores de la última saga de Batman: el guionista David S. Goyer y el productor esta vez pero director de El caballero oscuro, Christopher Nolan.
Quizá los creadores de esa nueva estética oscura del superhéroe de Gotham City le devuelvan la fama, a base de trajes más ceñidos y musculados, a Superman.
De hecho es Batman el otro superhéroe clásico que más veces se ha llevado al cine. Nacido al año siguiente que Superman de la mano de Bob Kane, se publicó por primera vez en mayo de 1939. Poco después, en 1943, Lewis Wilson se convertiría en el primer actor que interpretaba a Batman en la pantalla, en una serie de trece capítulos para la televisión.
También para la pequeña pantalla nació la exitosa serie Batman (exhibida de 1966 a 1968), con Adam West en el papel del filántropo millonario Bruce Wayne que se viste de Batman para combatir el mal que azota la gran ciudad de Gotham. De esta serie, además de ese Batman entrado en carnes, reconocemos esa estética pop, las peleas surrealistas que tenían lugar y, ante todo, el tema principal, compuesto por Neal Hefti.
Después de pasar por algunas series de animación, Batman fue cayendo poco a poco en el olvido, hasta que en 1986 el dibujante Frank Miller (autor de Sin City o 300) publicó la novela gráfica El regreso del Caballero Oscuro y, poco después, Batman: año uno. En estas historias, Batman recupera el carácter de serie negra que su creador le había otorgado.
Debido al éxito de esos cómics y a que la batmanía volvía a brotar (además, había que aprovechar el tirón de las versiones de Superman), Tim Burton dirigió en 1989 la primera adaptación cinematográfica de Batman. El papel principal fue para Michael Keaton, con un Jack Nicholson fantástico en el papel del Joker y Kim Basinger como la periodista Vicki Vale.
La banda sonora corría a cargo del colaborador habitual de Burton, Danny Elfman.
La película fue todo un éxito, lo que propició su secuela, Batman vuelve, en 1992, también dirigida por Tim Burton, y también con Michael Keaton en el papel de Bruce Wayne/Batman. Aparecían Danny DeVito en el inolvidable papel de El Pingüino y Michelle Pfeiffer como Catwoman.
De nuevo, el film fue un éxito, pero los productores consideraron que la película era demasiado oscura y que había que recuperar al público infantil (los que, para qué engañarnos, son los que llevan a sus padres al cine), así que decidieron cambiar al director.
La tercera entrega del superhéroe de Gotham City, Batman forever, fue dirigida por Joel Schumacher y se estrenó en 1995. Tim Burton era el productor, de acuerdo, pero no tuvo ninguna capacidad de decisión. Val Kilmer dio vida a Batman, Chris O’Donnell a Robin, con Tommy Lee Jones y Jim Carrey en los papeles de Dos Caras y Enigma, respectivamente.
Un elenco de caras conocidas (como Nicole Kidman o Drew Barrymore) completaba el reparto, pero la película, a pesar del éxito comercial, comenzó ese descenso que también se pudo ver en Superman III y que tuvo una desastrosa continuación con Batman y Robin (1997), una de las peores adaptaciones de películas de superhéroes que se han podido ver en la Historia del Cine.
De nuevo fue Joel Schumacher el director, esta vez con George Clooney en el papel principal y Chris O’Donnell repitiendo como Robin. Además se contaba con Alicia Silverstone como Batgirl, Arnold Schwarzenegger como Mr. Freezer (en uno de sus peores papeles) y Uma Thurman como Hiedra Venenosa. La película fue un fracaso como guión e interpretación, un fracaso en taquilla y, lo peor, un fracaso como adaptación de un cómic de gran calidad como es Batman. Todos recordamos el horrible traje de Batman con pezones dorados. Schumacher dirigiría después 8mm o El número 23, de mayor calidad, quizá para sacarse la espinita de su mediocre paso por la serie Batman.
Todo hacía ver que Batman no podría volver a la gran pantalla, y el único éxito que cosechaba en la televisión, con series de dibujos animados o películas animadas que reforzaban la idea de un Batman de serie negra, que intenta ocultar el cruel pasado y la muerte de sus padres poniendo todos sus medios al servicio del bien.
Hasta que llegó el director inglés Christopher Nolan (responsable de las geniales Memento u Origen), quien pareció entender la idea primigenia del cómic y se puso manos a la obra para contar la historia de Batman desde el principio.
Christian Bale es el último Batman |
Batman Begins fue un éxito de crítica y público y tuvo su continuación en 2008 con El caballero oscuro, de nuevo dirigida por Nolan (quien también coescribía el guión) y también protagonizada por Christian Bale. En esta nueva entrega hacía aparición el principal enemigo de Batman, Joker, genialmente interpretado por el malogrado Heath Ledger, que obtuvo el Óscar a título póstumo por su actuación.
De nuevo, éxito de crítica y público (excelentes los primeros cinco minutos que marcan un tono y una tensión que nunca se pierden y que culmina con un espléndido final), y récord de recaudación. Con ello se aseguraba una tercera entrega, última de la trilogía de Christopher Nolan: Batman. El Caballero Oscuro renace comenzó a rodarse en mayo de este mismo año y se estrenará en julio de 2012.
Estos dos superhéroes (el extraterrestre Superman y el millonario Batman), como se puede ver, han dado para mucho después de más ochenta años de historia. A partir de sus cómics se han hecho seriales para radio, series de televisión, series o películas animadas, películas de grandes presupuestos y, por último, videojuegos, además de toda una lista interminable de productos merchandising. El tirón y las posibilidades son inmensas, y únicamente cuando hablamos de estos dos superhéroes de la factoría DC.
En futuras entradas hablaremos de otros superhéroes llevados a la gran pantalla, con mejor o peor fortuna, adaptaciones cinematográficas que en los últimos tiempos vienen siendo demasiado habituales, demostrando esa falta de ideas originales (a pesar de que los guiones no sean en algunas ocasiones del todo desdeñables) que inunda en la actualidad la industria de Hollywood.
Me ha encantado tu post, coincido con todo lo expuesto.
ResponderEliminarSi sigues con esta temática (que tanto me gusta) recomendaría un abordaje individualizado de cada personaje (por cierto, excelentemente hilado de Superman a Batman usando a Nolan) añadiendo algunos datos sobre la historia del cómic.
En el caso de Batman resulta muy interesante los acontecimientos históricos del cómic y sus versiones.
Resulta que tras la segunda guerra mundial se creó un comité censor del cómic porque consideraban que influían seriamente en los jóvenes norteamericanos y había que educarlos con cuidado.
Esto repercutió negativamente en todos los cómics cuya calidad cayó en picado. En el caso de Batman consideraban que un cruzado al margen de la ley no era un buen ejemplo para los jóvenes norteamericanos.
De ese absurdo punto de vista nació la versión de batman en la que lo llaman por el telefono rojo (tomada por la serie de los sesenta de la que has hablado). Esta ñoña versión se aleja de la esencia real del personaje.
Como bien dices en los ochenta se recuperó y las películas de Burton siguen ese aire oscuro. Desgraciadamente en los noventa volvió a caer en un absurdo espectáculo de luces y saltos para niños.
Afortunadamente Nolan estaba ahí para comprender la verdadera esencia del señor de la noche y darnos una adaptación como dios manda.
Saludos.
una vez mas demuestras tu ignorancia Sergio.
ResponderEliminarSi quieres hablar de algún tema, antes haz el favor de documentarte.
y por cierto, deja el tema de los superheroes, demasiada historia a cuestas de estos cómics y muchos datos que recopilar para un villano a la altura de LEX LUTHOR o LOKI (dios del engaño, la falsedad y la mentira) como tu, no podrías hacer un estudio decente, así que ¿para que hacerlo si no vas a saber hacerlo bien?
Un saludo guapet.
Gracias, Lobo ibérico, por tu aportación sobre Batman. Como dices, menos mal que Christopher Nolan captó el mensaje y la visión original del Caballero Oscuro (me encanta Batman, ¿se nota?). Una lástima que "anónimo" no haya hecho lo mismo... Su "aportación" se resume en el insulto y la pataleta (además de en las constantes faltas de ortografía).
ResponderEliminarEn cualquier caso, la entrada está documentada (todo es mejorable, claro está, pero estamos frente a un sucinto resumen y no ante un estudio profundo). En futuros posts -el siguiente hablará sobre los héroes de Marvel plasmados en la pantalla-, a pesar de que volverá a ser genérico (lo siento, Lobo ibérico... jeje), procuraré ser más exhaustivo. Sin olvidar, por supuesto, que el tema de estas entradas no es elaborar una tesis sobre superhéroes sino mostrar la ingente proliferación de adaptaciones de cómics que se vienen haciendo (desde siempre, pero en los últimos años más) desde Hollywood, muestra de que las ideas originales están decayendo, por desgracia.
Ah, y como aviso a navegantes, se publican todos los comentarios, pero los "anónimos" cuestan más... Para futuros comentaristas, rogaría una identificación, no faltar al respeto a nadie y un poquito de rigor ortográfico. Gracias a todos.