domingo, 4 de septiembre de 2011

Con k de kilo

Antes de nada, una apreciación: kilo se escribe con k. Obviamente, pensarán. Pero todavía se ve escrita con q, así que no viene mal recordarlo. De hecho, la RAE ya declara en desuso la forma quilogramo o su acortamiento quilo. Y, referida a esta palabra, una curiosidad: mientras en todo el ámbito hispánico pronunciamos [kilográmo], palabra llana, en Chile se pronuncia de forma esdrújula: [kilógramo].

Continuando con el título, también podríamos decir: con k de kárate (o karate, llana, forma igualmente válida pero más extendida en América), kimono, kiwi... Pero, ¿se podría decir con k de kiosco? ¿O se escribe quiosco?

Septiembre es mes de colecciones, de todo tipo de colecciones (algunas tan sorprendentes y/o absurdas que podrían llevarnos a elaborar toda una entrada sobre el tema). Los negocios de prensa y papelería se llenan estos días de estas variadísimas colecciones por entregas, eternas a veces. En ocasiones nos resignamos a adquirir el primer ejemplar, siempre que haya regalo de por medio, claro está, para luego dejar el fascículo dentro de un cajón o en el contenedor de reciclaje. Por mi parte, únicamente he terminado una colección, una serie de CD y fascículos para encuadernar sobre la obra de Johann Sebastian Bach, editada en 2000 para conmemorar el 250º aniversario del nacimiento del compositor. Una edición genial, dicho sea paso.

Pero a lo que íbamos. Todas estas colecciones, en su mayoría anunciadas por televisión, vienen con el consecuente logotipo de «Ya en su kiosco». O «Ya en su quiosco». Se puede ver escrito de las dos formas. ¿Qué nos dice la RAE? Si buscamos kiosco nos remite a quiosco, un dato a tener en cuenta.



El Panhispánico de dudas nos resuelve cualquier duda, valga la redundancia:



Si volvemos a la definición de quiosco encontramos su curiosa etimología. Y es que el término español viene del francés, y este a su vez del turco, que lo tomó del persa, adoptándolo el persa del original en pelvi.

El pelvi (o pahlavi) era una forma escrita de la lengua persa, principalmente usada durante el Imperio sasánida (226-651), mezcla del habla irania y la escritura aramea.

Por lo que se refiere a la procedencia turca, tras la toma de Constantinopla en 1453, era habitual la instalación de glorietas o pequeñas casitas de recreo, llamadas «köşk» o «kusk», nombre tomado del persa. El rey Estanislao II de Polonia (1732-1798) adoptó este tipo de pabellones a finales del siglo XVIII y no tardaron en extenderse por el resto de Europa. En Italia, estas casetas fueron llamadas chiosco; en Inglaterra, kiosk; y en Francia, quiosque, palabra que recogió el español, traducida como quiosco o kiosco. Kiosk aparece en inglés desde 1625 y quiosque en francés, algunos años después, desde 1654. No obstante, hubo que esperar hasta 1884 para que el Diccionario de la lengua castellana de la RAE lo registrara, como kiosco.




En la siguiente edición, de 1899, kiosco ya nos remite a quiosco.




Una palabra con largo recorrido, como hemos podido comprobar, con una k- etimológica, una letra que el Panhispánico de dudas define así:




O la palabra kiko, que siendo tan breve posee dos kas. Otra palabra curiosa con dos kas es la voz esquimal kayak, que es además un palíndromo; esto es, se lee igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda.


En total, habrá unas treinta palabras que comienzan por esta letra, la gran mayoría de ellas, como nos dice el Panhispánico de dudas, procedentes de otras lenguas. Treinta palabras..., casi tantas como colecciones nos podemos encontrar durante estos días por los quioscos de nuestro país.

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