jueves, 27 de enero de 2011

Lewis Carroll y el País de las Maravillas

Tal día como hoy, pero en 1832, nació Charles Lutwidge Dogson, más conocido como Lewis Carroll, autor de la famosa Alicia en el País de las Maravillas.

Aunque una gran parte de nosotros nos hayamos acercado al imaginario del escritor a través de la conocida película de Disney de 1951 (o en menor medida gracias a los excepcionales dibujos de John Tenniel , de la primera edición de 1865), lo cierto es que hay innumerables versiones cinematográficas, muchas de ellas mudas.

Algunos dibujos de John Tenniel.




Alicia se podría considerar un relato infantil para adultos, una historia de cuento y fantasía que estaba más dirigida al público adulto, aunque sin desdeñar el abanico juvenil e infantil de la historia y los dibujos. En ese juego, entre lo pequeño y lo mayor, Lewis Carroll se movía a la perfección: tenía un encanto especial para con los niños, algo que en épocas posteriores ha sido injustamente criticado. Quizá los pasajes más oscuros de su biografía se achaquen a esas fotografías que realizaba a niñas pequeñas o muchachas, algunas en actitud sensual, que más bien hay que encuadrar dentro de ese afán por descubrir el nuevo mundo de la fotografía que se abría a los ojos del artista y del poeta. Lewis Carroll, como Friedrich Hölderlin antes, cantaba a la belleza virginal y edénica, a la pureza, y empleaba para ello un Arte nuevo y misterioso que acababa de aterrizar en el siglo XIX: la fotografía.

Después de Alicia en el País de la Maravillas llegó su segunda parte, A través del espejo y lo que Alicia encontró allí. Ambas novelas se complementan, y muchas de las adaptaciones al cine, como la mencionada de Disney, intentan reflejar lo mejor de las dos historias. Se nota que A través del espejo es una obra que está más dirigida al público adulto, mucho más densa, con muchos más juegos de palabras y muchísima más psicología y filosofía oculta.



Sea como fuere, son dos libros que hay que leer. La última adaptación cinematográfica, en 2010, más oscura que lo que la novela realmente es, está a cargo de Tim Burton, donde el protagonismo de Alicia se ve truncado por la presencia del Sombrerero Loco, interpretado por Johnny Depp. Esta película, más que una versión del libro, es una revisión del clásico, donde el personaje de Alicia es más adulto y vuelve al País de las Maravillas como una segunda parte del film de dibujos animados.



No obstante, el mejor imaginario visual es el que se nos forma en la mente cuando leemos los textos. A partir de ahí, el abanico de alusiones, citas y presencias a lo largo de la Historia es inmenso: fotografía, cine, cómic, videojuegos, música...



En la canción de Enrique Bunbury, Alicia es la niña-mujer fatal, expulsada al País de las Maravillas (tal vez como la Lorena de la canción del maestro Calamaro), con total seguridad el mejor ejemplo de las posibilidades que tiene una obra de arte de la literatura como esta de Lewis Carroll. Algo que solo encuentro parecido con otra pieza infantil: el Peter Pan de J. M. Barrie.

Aunque eso ya es, y nunca mejor dicho, otra historia...

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