lunes, 6 de diciembre de 2010

Las 10 estrategias de manipulación (I)

Hace poco encontré en una web una referencia a Noam Chomsky y su texto acerca de las estrategias que emplean los medios de comunicación de masas para tenernos contentos, relajados y convencidos de que lo que nos dicen es lo mejor y que, por lo tanto, hay que admitirlo o asumirlo como verdadero.

Como sabe aquel que me conozca, no puedo estar quieto, y mi mente comenzó al instante a hilar esos diez puntos que proponía Chomsky con las estrategias que algunos partidos políticos utilizan, a todas las escalas y niveles, para intentar convencer de que su proyecto es mejor, a pesar de que se ciña y se base en el puro inmovilismo del sillón propio (como lo definía hace algún tiempo el genial dibujante Forges).

Las cinco primeras estrategias, según las describe Chomsky (cito al lingüista y pensador norteamericano en negrita), son las siguientes:

1. La estrategia de la distracción

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción, que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales en las áreas de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética.

El Partido Popular emplea a la perfección esta técnica. De hecho, toda su estrategia de partido se basa en la distracción. En mi ciudad, este partido político se encuentra totalmente dividido, envuelto en luchas internas por el poder, con concejales que no se hablan entre ellos, con un portavoz que no transmite la retirada de la dedicación exclusiva de una edil hasta el último suspiro (a pesar de los constantes correos electrónicos que se le enviaban exigiéndole una respuesta...), y un largo etcétera.

Pues bien, este mismo partido emplea la distracción a la que aludía Chomsky cuando comienza a filtrar a la prensa que el PSOE de Novelda está dividido, únicamente por el hecho de que la persona que ostenta el cargo de Secretario General de la agrupación local no es la misma que el Alcalde.

A partir de ahí se inventan una serie de hechos, de discusiones y rupturas, totalmente falsos por supuesto, simple y llanamente para desviar la atención de su propia división interna.

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones

Este método también es llamado «problema-reacción-solución». Se crea un problema, una «situación» prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que este sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

En Novelda, ya lo he dicho en varias ocasiones, la Concejalía de Turismo gastaba hasta 20.000 euros en viajes, alojamientos y comidas en una única semana, la que pasaban el Alcalde y el Concejal en Madrid durante la Feria Internacional de Turismo (FITUR).

Además, en esas épocas de vacas gordas en las que los designios de nuestra ciudad estaban dirigidos por personas del Partido Popular, se pasaban gastos por desplazamiento de acudir a entrevistas políticas a municipios que distan cinco kilómetros; se pagaban facturas en concepto de periódicos y desayunos, en concepto de «refrescos» a las dos de la mañana. En aquella época se esfumaban miles y miles de euros en facturas telefónicas (descargas de Internet, llamadas a países extranjeros...).

Ahora, cuando el equipo de gobierno lo formamos concejales del PSOE y la coalición Compromís per Novelda, una gran parte de la deuda que acarrea el Ayuntamiento está compuesta por facturas que el Partido Popular dejó sin reconocer, en el fondo de los cajones, y resulta irónico (muestra de un absoluto cinismo) que sea esta formación política la que se presenta como la única que puede resolver la situación económica...

3. La estrategia de la gradualidad

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta con aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicados de una sola vez.

4. La estrategia de diferir

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarle como «dolorosa y necesaria», obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que «todo mejorará mañana» y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

Presento estas dos estrategias a la vez. En ellas, muchos de ustedes, sabios lectores, sabrán o querrán ver al actual Gobierno de España. En efecto, las medidas totalmente impopulares que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha presentado y aprobado, como en el resto de países europeos donde la crisis (aquí agravada por el boom inmobiliario a base de pelotazos urbanísticos producido en épocas anteriores), van en la línea de esperar que otros tiempos mejores vengan para la economía.

Y es obvio que tiempos mejores habrán de venir, sobre todo cuando el cambio de mentalidad haga mella en la población y se entienda que no se podrá vivir como hace unos años, cuando la especulación gobernaba cada punto de nuestra geografía y la envidia y la soberbia eran los motores de nuestra economía. Hasta que todo estalló. Ha sido el actual Gobierno (casualmente del mismo color político, en España y en mi ciudad) el que ha tenido que hacer frente a una fatal coyuntura económica, provocada por años pasados de malgasto y falta de visión de futuro.

También irónicamente, es el Partido Popular quien ahora se presenta como salvador de la economía. De nuevo, recuerdo que fue una alcaldesa del Partido Popular la que, nada más acceder al cargo, preguntó qué se cobraba por ello, a lo que respondió cuando le dijeron la cifra: «¿Eso solo? Habrá que subirlo...». Y así fue: se lo subió hasta el doble, hasta el medio millón de pesetas en aquel tiempo (unos 3.000 euros).

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discursos, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuando más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico, como la de una persona de 12 años o menos.

Aquí encontramos numerosísimas muestras aplicadas al Partido Popular. Discursos sencillos, tópicos recurrentes, como «Agua para todos», «Váyase, Sr. González», «ZParo»..., que buscan la paralización de la opinión pública y del pensamiento crítico de la ciudadanía a base de que las personas repitan esas frases hechas y elaboradas por los equipos de márquetin de los partidos políticos, de tal forma que nadie se para a reflexionar de qué manera se les están dirigiendo, modificando y manipulando las ideas.

De ese modo, y sabiendo que una mentira repetida puede llegar a convertirse en una verdad, el Partido Popular no ceja en su empeño y emplea cualquier medio que esté a su disposición para echar fango sobre todo tipo de gestión positiva que encuentren a su alrededor. Así lo han hecho durante la reciente huelga salvaje de los controladores aéreos.

Y así lo hacen, igualmente, todos los medios de comunicación, instituciones y colectivos afines a la derecha española. De esto último también hay innumerables ejemplos, pero me quedo con uno reciente, un vídeo elaborado por el grupo de comunicación Intereconomía Corporación, que se autodefine como «independiente de los partidos políticos, instituciones religiosas y de cualquier otro organismo de poder». Vean el vídeo y comprueben esa «independencia».



La manipulación, sumada a una absoluta falta de rigor histórico, puede llegar a alcanzar cotas insuperables...

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