viernes, 29 de octubre de 2010

La música del otro lado del océano

Ayer recibí en el despacho a una persona que ya considero amiga. Venía a hablarme de un proyecto para la próxima primavera, un proyecto que mezcla música y cultura, gastronomía y arte. Un proyecto apasionante y ambicioso, pero no por ello imposible en su realización. Todo lo contrario.

Pero al final, habitual en mí, hablamos de dicho proyecto durante escasos minutos (mejor, así tendremos la obligación de volver a encontrarnos), y centramos toda nuestra conversación en la música, aquí elevada a un elemento conciliador entre pueblos. Y claro, de la música que hablamos fue de la argentina (la persona era natural del país del tango), tema que conozco con la profundidad y la lejanía que me permite haber nacido al otro lado del océano que nos separa y nos une.

Mi relación con la música argentina comienza a una edad muy temprana, seguramente con los tangos clásicos de Carlos Gardel, el tango renovado de Astor Piazzolla y el newtango de Gotan Project. Parte de ese amor por el tango deviene, seguramente, de mi pasión por los boleros y, en menor medida, por la copla.

Sin embargo, fue Andrés Calamaro quien me mostró el (buen) camino a seguir a través de la música argentina. A partir de él conocí el pasado (en buena parte compartido) de la música de allá: Raíces, Los Abuelos de la Nada, etc. Posiblemente, por edad y cercanía, escuché primero a Los Rodríguez que a Calamaro en solitario, pero es una duda parecida a la de qué fue primero, ¿el huevo o la gallina? Calamaro llegó a Rodríguez hecho músico, y salió de la banda de rock hecho artista internacional. Ahora, con decenas de discos a sus espaldas y cientos de canciones compuestas e interpretadas, Andrés Calamaro tiene un lugar primordial e inmutable dentro del cielo de los grandes del rock. No puedo elegir una canción sin desmerecer a las demás, por eso quiero poner aquí el último corte del primer disco de Honestidad brutal, la canción «Con abuelo», dedicada a Miguel Ángel «Abuelo» Peralta, líder del grupo Los Abuelos de la Nada.



A partir de Andrés Calamaro me fui adentrando en otros artistas argentinos que, o bien por cercanía de estilo musical (Charly García, Coti...) o bien por haber unido voces o guitarras en algún momento (Soledad Pastorutti, Litto Nebbia...), tal vez de otra manera jamás hubiera escuchado. Y, claro está, una vez abierto el bote, era lógico que entraran más: Fabiana Cantilo, Celeste Carballo, Gustavo Cerati, Ciro Fogliatta, Fito Páez, Vicentico, Ariel Rot, Luis Alberto Spinetta y un largo etcétera, sin olvidar nunca a los grupos, como Bersuit Vergarabat, Los Auténticos Decadentes, Los Fabulosos Cadillacs, Babasónicos, Los Piojos...

Como pueden apreciar, un mundo inmenso por recorrer, pero que es mejor hacer por estilos. Lógicamente, yo me decanto principalmente por el rock, ya que sería inabarcable escuchar toda la música compuesta en un país (y aquí podemos hablar de Argentina, España o cualquier otro) tan rico en su cultura y tan hermoso en su diversidad.

No obstante, es un mundo espectacular que les recomiendo.

Para acabar, ya que he mencionado a Andrés Calamaro como mi iniciador y guía a través de la música de Agentina, quisiera que escucharan un tema de Los Auténticos Decadentes, acompañados en esa ocasión por el maestro bonaerense. La canción se titula «La guitarra», y es un canto a todas esas personas que aman la música, viven por ella y piensan en armaduras, acordes y sostenidos.

1 comentario:

  1. En entradas anteriores te dije que me gustaría aprender italiano. En esta: Argentina, un país (de tantos) que me gustaría visitar. Espero que eso no se quede sólo en el deseo.
    Calamaro :)

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