Hoy es el día de la Comunitat Valenciana. 9 de octubre, fecha en que se conmemora la entrada en la ciudad de Valencia de las tropas del rey Jaume I en 1238. Hasta años después, ya entrado el siglo XIV, no se finalizó la conquista, pero el 9 de octubre se eligió, desde 1338, como fecha en la que todos los valencianos y las valencianas celebráramos la derrota de los moros frente al rey cristiano.
Actualmente, la Comunitat Valenciana está plenamente inundada por la corrupción y la inactividad. No hay remedio posible; únicamente, la conquista (de nuevo) de valores cívicos y democráticos que devuelvan a las instituciones el ejercicio libre y responsable de la actividad. Todas las consellerías se encuentran en K.O. técnico, sin posibilidad de inversión o gasto o, cuando este último se produce, muy alejado de la idea inicial, como el caso de la Conselleria de Cooperació, que desvió parte de sus fondos para comprar pisos y garajes. Una lástima. O como la Conselleria d'Educació, que rebaja continuamente los fondos dedicados a la promoción de la lengua propia de esta Comunidad, el valenciano, algo que en otras autonomías, como en Cataluña (con la que compartimos lengua) o Galicia (idioma también hermoso, el gallego), sería totalmente impensable. En cualquier, solo hay que ver la promoción lingüística que realiza nuestra televisión autonómica, Canal 9. Sus formas totalitarias y partidistas conforman un gran chiste visual para el resto de España y, además, un insulto para la profesión periodista, que ve aquí cómo los informativos se manipulan para dar una información sesgada y populista.
Y es que el 9 d'Octubre, después de realizar las pertinentes celebraciones y discursos institucionales, se ha de convertir en la fiesta de todos lo valencianos y valencianas, el día en el calendario en el que reivindicar más derechos para nosotros. Somos una de las comunidades con más paro, y eso es responsabilidad del Sr. President Francisco Camps. Somos la comunidad donde los niños y las niñas pasan más parte de su vida escolar en barracones. Somos la comunidad donde las ayudas estatales a la Dependencia, saltando por completo la Ley, nunca llegan a las personas que lo necesitan, quedándose en el camino de la Fórmula 1. Somos una comunidad donde nuestro Presidente y gran mayoría de Consellers, además de parte de la mesa de les Corts, están imputados por casos de corrupción, aferrados al cargo tan solo con la idea de perpetuarse para siempre en el poder.
Somos Comunitat Valenciana. Hacemos Comunitat Valenciana. Deberíamos pensar ya mismo en construir un nueva Comunitat. La que tenemos ya no da más de sí, pero ante todo, tampoco quienes nos gobiernan. Ellos no tienen la capacidad ética y moral necesaria para continuar siendo dirigentes de un barco que va abocado al desastre en todos los niveles: económico, social y cultural. Hay que retomar el timón cuanto antes para dirigir esta hermosa Comunitat Valenciana bajo los ideales que la levantaron, allá por el siglo XIV: el comercio y la industria, la cultura, la educación, la libertad.
Libertad informativa que también se echa en falta en China, donde hoy mismo la mujer del último Premio Nobel de la Paz, Liu Xiaobo, viaja a la cárcel donde lo tienen preso desde hace dos años para comunicarle la noticia del galardón. Allí también, como en esta Comunitat, viven encerrados en cárceles invisibles que les construyen los dirigentes y los medios informativos públicos. China empieza a despertar, pero parece que queda muy lejos la libertad plena. En la Comunitat Valenciana, mucha gente todavía tiene los ojos vendados. Esperemos que cuando las miradas vuelvan a ver la luz del sol sin impedimentos, no sea demasiado tarde...
Hasta entonces, nos queda aquella bellísima canción de John Lennon, que hoy hubiera cumplido setenta años: "Imagine". Esperando que algún día también gocemos nosotros de esa ansiada libertad universal, disfruten de la fiesta (para los que, como yo, son valencianos) o del puente (para el resto).
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